rato ¿tú también, hijo mío? A ver si va a ser verdad al final que la transición del 78 ha sido en realidad una fabulosa maquinación para que algunos prohombres de la nueva democracia se montasen un chiringuito del que chupar del bote durante toda su vida. Que Jordi Pujol escaquee el dinero de los catalanes en Andorra, que la trama Gürtel se nutra de la pasta de madrileños y valencianos -estos también timados junto a murcianos y leoneses por la operación Púnica-, que Chaves y Griñán esquilmen Andalucía, que el caso Pokemon gallego lleve en su cuenta más de 100 imputados por amaños de contratos, que los directivos de Caja Madrid se hayan gastado más de 15 millones en tarjetas black, que el PSOE del hoy consejero y abogado Felipe González haya sido condenado por financiación ilegal, que el PP del también consejero Aznar y el aún presidente Rajoy lleve más de dos décadas de contabilidad clandestina, que mantengamos a dos reyes y dos reinas y a sus amparados yerno Urdangarin e hija y hermana Cristina, y así hasta sumar más de 1.700 causas abiertas por corrupción... No puede ser, no me lo creo. Tienen que ser casualidades, cosas de periodistas o, en cualquier caso, manzanas podridas aisladas en un cesto rebosante de frutas lozanas.