Las Juntas Generales de Álava han reprobado al diputado de Administración Local, cuyo nombre no escribiré para evitar que aparezca en negrita porque no es él el protagonista de estas líneas, ya le gustaría al sujeto. ¿Qué significa eso de reprobar? El verbo, según la RAE, quiere decir no aprobar, dar por malo: se le suspende al muchacho. Insuficiente. Muy deficiente, si me apuran. Sin embargo, poca cosa parece eso de reprobado si tan mal lo ha hecho, cuestión en la que están de acuerdo todos los grupos de la oposición (una pena que desconocieran el significado del vocablo como adjetivo: condenado a las penas eternas... el cielo y el infierno en las Juntas Generales, metáforas abiertas de par en par, qué emoción). El caso, que reprobado está ese señor. Imagino su honda preocupación, similar a la del diputado general, compañero de partido. Ya se han reunido en la sede del PP de Gasteiz, presos del insomnio, atrapados, quién sabe si para siempre, en un laberinto farmacológico. Me han reprobado, jefe, y se funden en un abrazo angustioso. Sus compañeros van llegando. Lágrimas. Ataques de ansiedad... Malotes que son los de la oposición. La próxima vez, para evitar dramas, propongo que opten por la moción de censura.