Quizá hubo un tiempo en que las campañas electorales fueron entretenidas, pero ahora lo que mola es el post. Así, en los primeros raticos después de que hablaran las urnas en Andalucía ya tenemos montado un lío king size, con ruido de sables y lideresa incluidos, en UPyD; hemos escuchado a Esperanza Aguirre concluir que el PP se ha dejado 17 escaños porque Juanma Moreno fue elegido a dedo -como todo el mundo sabe, la candidatura de Aguirre a la Alcaldía madrileña fue producto de unas primarias abiertas-. Del anuncio de ruptura vía Facebook de Pablo Iglesias y Tania Sánchez durante la noche electoral, no comment. Luego, hemos comprobado como una misma realidad tiene infinitas lecturas. Por ejemplo, los resultados andaluces son un éxito de la nave nodriza madrileña si eres del PSOE -sospecho que Pedro Sánchez estará tentándose la silla- pero no si eres del PP. O ser un partido con escaso año de vida y lograr 15 parlamentarios puede ser un fracaso; pero ser un partido con algún añito más aunque también debutante en plaza y lograr nueve es dar la campanada. Y esto solo es el principio, esperen a que se empiece a visualizar la necesidad de pactar para gobernar. Porque Susana Díaz ha ganado, sí, pero le faltan los mismos ocho escaños para la mayoría absoluta que hace un mes.
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