el ministro Pedro Morenés mandó callar a Irene Lozano porque le molestaba que le interpelara sobre el caso de acoso, sexual y del otro, en el ejército a Zaida Cantera... ¡en una sesión de control al Gobierno! Sólo por eso ya debería haber seguido los pasos de Gallardón y Mato, los dos lugartenientes destituidos hasta ahora por Mariano Rajoy. “Eso es una anécdota, hombre, una simple refriega sin importancia de tantas que se dan en el Congreso”, me dirán algunos. Para mí es un gesto de prepotencia intolerable, un no creerse la democracia que tira para atrás, aparte de una falta de educación impropia de alguien sometido, como debe ser, al poder del pueblo que le paga el sueldo, entre otras cosas, por defender los derechos tanto colectivos como individuales. Esos derechos han sido maltratados por él en el caso de la comandante en cuestión y también de la diputada de UPyD a la que acusó de bajeza moral por airear los trapos sucios de la, al parecer, sacrosanta e intocable institución militar. A ver si de una vez por todas llega un ministro de Defensa, si es que lo tiene que haber, que no sea abducido por el régimen castrense y sus autoritarias y antiguas maneras. Y, si fuera posible, alguien que no tuviera intereses particulares en empresas armamentísiticas.