uno ha visto la Copa con una mezcla de sensaciones aunque, por encima de todo, presididas por la frustración de no ver al Baskonia allí. Qué pena haber llegado tan tarde a la construcción de la plantilla. Tengo la sensación, aunque ya nunca lo sabremos, de que el actual equipo habría podido rayar a la altura del campeón. No sé si se habría podido ganar el título pero sí creo que ninguno de los demás participantes en esta Copa está fuera del alcance de los pupilos de Ibon Navarro. Demasiado tarde, ya digo, y mucha rabia por lo mal que se concibieron las cosas al principio. Quedan la Euroliga y la Liga por delante, claro, aunque es evidente que se trata de las competiciones más complicadas, más exigentes, y que está por ver aún si este explosivo, aunque inexperto, Baskonia es capaz de completar con éxito travesías tan largas. Pero bueno, al menos ganó la Copa el Real Madrid de Pablo Laso y Nocioni, o sea, dos de los nuestros. Al menos yo los considero mucho más cercanos que otros ex baskonistas presentes en Canarias como Oleson, Pleiss, Huertas, Lampe y, en menor medida, Pau Ribas y Vidal, porque ambos dieron lo mejor de sí mismos en Vitoria antes de emigrar a otros destinos. Para ellos, el Baskonia sí fue lo más importante y no una mera estación de paso.