Relato. Es una palabra de moda en nuestro mundillo político, aunque casi no le hagamos caso -a la palabra, no al mundillo..., bueno qué sé yo-. Por estas latitudes, relato saltó a los atriles políticos hace un tiempo para hablar del tiempo post ETA y de la memoria de lo sucedido. Con la nueva ola política de los últimos tiempos, relato forma parte ya del cuaderno de bitácora de cualquier estratega de partido, verbigracia, los chicos y chicas de moda, Podemos. Suyo es el relato de la casta, por ejemplo. Simplificando, Pablo Iglesias y los suyos han tuneado como un hilo conductor de su discurso una referencia clásica, el nosotros-ellos. El relato es clave, si no lo tienes claro puede ocurrir que un día construyas tu estrategia en torno a atacar a Podemos y dos semanas después, y un conato de rebelión a bordo más tarde, ningunees a Podemos para dirigir tus dardos al PP, de manera que no queda muy claro quién es tu adversario; quizá el dilema al que se enfrenta el PSOE. Pero les recomiendo, por sugerente y por darle un poco vueltas a la cabeza sin que eso suponga tener que comulgar con ello, la versión dospuntocero que el nuevo ministro de Economía griego, Yanis Varufakis, se ha marcado de la fábula de la cigarra y la hormiga, con cigarras del Sur y hormigas del Norte. Búsquenla y échenle un ojo.
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