sse conmemoró ayer el 70 aniversario de la entrada del Ejército Rojo en el campo de exterminio de Auschwitz, en Polonia, donde fueron asesinadas más de un millón de personas tras ser sometidas a todas las vilezas imaginables por otros seres humanos bajo el amparo de la xenofobia nazi. La mayoría de ellas por su condición de judíos, aunque también se asesinó y experimentó con personas de raza gitana, militantes comunistas y socialistas, homosexuales y soldados prisioneros de guerra. Los aniversarios tratan de mantener activa la memoria histórica frente a la pujanza que alcanza el olvido con el paso del tiempo. No sólo del Holocausto de millones de judíos. También de la matanza de más de 50 millones de personas en aquella Segunda Guerra Mundial. Los homenajes avivan la memoria colectiva, las causas del delirio humano y sus consecuencias sociales, económicas, personales, territoriales o culturales. Y más aun, combatir el auge de los falaces discursos revisionistas de la verdad histórica. El negacionismo del Holocausto gana terreno y amplía sus vías de difusión, de la misma forma que la derecha política y mediática española arropa el discurso revisionista de la dictadura franquista con la intención de convertir esa época negra de la reciente historia en una suerte de paréntesis necesario. En Alemania, por ejemplo, el negacionismo es delito. En el Estado español, el revisionismo neofranquista se premia en espacios políticos y mediáticos. Y, curiosamente, en estas turbulentas aguas navega también la derecha israelí frente a las matanzas de palestinos, aunque los últimos judíos supervivientes de los campos nazis de exterminio son, precisamente, los principales críticos con la política del Gobierno de Tel Aviv en los territorios ocupados. Se conmemoran 70 años de la liberación de Auschwitz, un lugar donde las lágrimas y el silencio demuestran que aquella horrible historia sigue viva en cada una de las personas que fueron asesinadas allí. Pero la Humanidad sigue sin aprender y buena parte de los que conmemoran aquellos hechos son responsables de matanzas y asesinatos en otros lugares del mundo. Ése es el mensaje de los supervivientes de Auschwitz cada año. Como el de los supervivientes de Hiroshima u otros lugares negros de la historia reciente o actual en África, Asia, Oriente Medio o Lationamérica.