Dejemos a un lado razones legales y ciñámonos al cabo de la calle. Dos mil ciudadanos que ya se han visto cercenados en sus ambiciones segregacionistas respecto a Burgos en tres ocasiones (1980, 1998 y 2014) comprueban que obrar de un modo pacífico y casi sin alzar la voz les provoca angustia. Y hay que llegar a escuchar por parte de voces recalcitrantes que están reconquistando Trebiñu. Ya se sabe, a tu casa vendrán, que de ella te echarán.
El sucursalismo de PP y PSE se pliega a los intereses de Madrid, aunque es de justicia reconocer la labor de Txarli Prieto para intentar inclinar el sentido del voto socialista. La líder del Partido Laborista escocés, la veterana Johann Lamont, acaba de manifestar sus desacuerdos con la cúpula de su formación en Londres por considerar que el trato recibido es propio de una sucursal. Así que, sencillamente, ha dimitido. ¿Hará alguien lo mismo entre filas populares y socialistas vascas?