Abdessalam es el primer marroquí que llegó inmigrado a Llodio atraído por las oportunidades de trabajo que nuestra tierra ofrecía en otra época. Con el favor del Altísimo consiguió formar y educar en el Islam una extensa familia -totalmente integrada en la vida local- y ayudó a otros familiares a establecerse entre nosotros. Asimismo, colaboró con el resto de mujeres y hombres musulmanes de Laudio y, con el apoyo del Ayuntamiento y vecinos y vecinas, a crear la primera mezquita del pueblo.

En la comunidad islámica de Aiaraldea su comportamiento ha sido un ejemplo de cómo debe ser un hombre musulmán: constante en la práctica del Islam, respetuoso con todas las personas, solidario, atento y amable con el prójimo, discreto pero alegre al mismo tiempo.

Se nos fue el martes pasado y el miércoles le despedimos más de medio centenar de musulmanes de diferentes edades, orígenes y condición de Aiaraldea, realizando la Yanaza -oración islámica de funeral- en el Tanatorio de Laudio.

Que la Baraka -gracia- del Altísimo sea contigo para siempre por enseñarnos a vivir como musulmanes, querido hermano en el Islam, te queremos en Allah.