Toca hablar de Ángel Donesteve, concejal del distrito de Hortaleza en Madrid y -quédense con el detalle- representante del PP en la comisión municipal de Familia y Servicios Sociales. El señor Donesteve, integrante de un partido que se ha manifestado repetidamente -cuando digo manifestarse es literalmente salir detrás de una pancarta- en presunta defensa de la familia, hace unos días decidió despedir a su número tres después de que esta tuviera un hijo. Con un par. El señor Donesteve argumentó: “Ella prefiere conciliar su vida personal y familiar, pero yo necesito el máximo rendimiento y el máximo número de horas de trabajo que se puedan prestar”. Con dos pares. Atentos porque no consta que la trabajadora pidiera reducción de jornada -derecho que, por otra parte, le corresponde- ni ninguna otra medida de conciliación, ni ha desatendido ninguna de las funciones anexas a su cargo de confianza. Pero, como apuntó Mónica Oriol -según ella, víctima de sí misma- y piensan y ejercen muchos otros, es que las mujeres tenemos hijos y ya no trabajamos igual. Ana Botella, señora con tres hijos y alcaldesa accidental, le ha dado un tironcito de orejas a Donesteve, que parece que readmitirá a la trabajadora, y tira millas. Total, un poco más de hipocresía, política y moral.
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