La presentación al Parlamento Vasco por EH Bildu de una propuesta sobre el derecho de autodeterminación y su aprobación ayer con los votos de la coalición y del PNV (48) frente a los de PP, PSE y UPyD (27) supone la cuarta ocasión (1990, 2002 y 2006) en que la mayoría de la Cámara refrenda el derecho de la sociedad vasca a decidir su futuro. Es también la segunda tras la de 1990 en que aprueba expresamente el derecho de autodeterminación del Pueblo Vasco o Euskal Herria, en la doble denominación que el art. 1 del Estatuto de Gernika contempla de la expresión nacional vasca, constituida en Comunidad Autónoma "para acceder a su autogobierno" y no como culminación de éste. De hecho, más allá de esa doble denominación, el texto presentado ayer por EH Bildu es idéntico al del primero de los puntos del votado hace 24 años y por el que por primera vez una representación democrática y mayoritaria de la ciudadanía vasca reclamaba el derecho de autodeterminación, paulatinamente asumido en el plano internacional a partir de que Woodrow Wilson reafirmara ante el Congreso de EEUU el 8 de enero de 1918, en sus famosos Catorce Puntos, el derecho de todo pueblo "a elegir la soberanía bajo la que desea vivir". En 1990, los 13 parlamentarios de HB se negaron a votar el texto de PNV, EA y EE, al que el portavoz de la izquierda abertzale, Iñigo Iruin, presentó una enmienda a la totalidad y descalificó por "banalizar la autodeterminación", que la IA ligaba a la negociación con el Estado del fin de la violencia. Trataban aún de justificar su por entonces radical oposición al ejercicio de acceso al autogobierno que suponía el Estatuto de Gernika aprobado por mayoría absoluta de la sociedad vasca en virtud "de la potestad de sus ciudadanos para decidir libre y democráticamente su estatus político...", como rezaba el texto de 1990 y reza el aprobado ayer. Aquel rechazo impidió que la mayoría de 38 votos a favor de la autodeterminación se ampliara a 52 de los 75 parlamentarios, más de dos tercios de la cámara. 24 años más tarde, la admisión del autogobierno existente como "marco válido" para "avanzar en la construcción nacional", "proceso dinámico, gradual y democrático" como especificaban el segundo y tercer punto del texto en 1990; permiten votos coincidentes. Y quizá la búsqueda de consensos amplios que respondan al principio proclamado por Wilson siquiera un siglo después.
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