Me indigna que en 2014 todavía se permita que imágenes así hablen de una forma parcial y fatal de los pueblos empobrecidos, donde sus gentes hambrientas parecen víctimas impasibles de su mala suerte.
Debemos exigir una información más próxima a la realidad, más completa, donde se prime la dignidad de las personas por encima de todo. Es, por esto que pido, avergonzado, a quien corresponda que retire esas fotos de una ciudad que ya se olvidó de los que pasan hambre, recortando en casi un 90% las partidas destinadas a ayudas al desarrollo.
No necesitamos ver a niños muriéndose, mientras buitres sin escrúpulos esperan para saber que, a pesar de los pesares, tenemos la inmensa suerte por haber nacido a este lado de la valla.