La campaña para las elecciones al Parlamento Europeo de este domingo se cerrará hoy con una gran ausencia, la de la propia Europa, a la que el afán bipartidista de la política española y la conveniencia electoral de PP y PSOE han arrinconado. Lejos de presentar y debatir sobre lo que ambas formaciones y las dos candidaturas a presidir la Comisión Europea en las que se insertan -las de Jean-Claude Juncker y Martin Schulz- promueven y ofrecen a la ciudadanía respecto a la actividad de las instituciones europeas durante el próximo lustro, populares y socialistas han caminado extramuros de la idea de Europa para limitarse a la rencilla dialéctica a sabiendas de que la circunscripción única con que se restringe el sistema electoral en el Estado para las europeas beneficia y fomenta el bipartidismo. Así, el esfuerzo de otras formaciones, especialmente las nacionalistas, para incluir sus hechos diferenciales, incluido el socioeconómico, en la Europa del futuro y presentar la ingente labor realizada y a realizar en Bruselas por una representación minimizada por esa misma circunscripción única han sido casi las únicas referencias a una Europa que, en consecuencia, resulta desconocida por la gran mayoría de los ciudadanos del Estado. Así lo constata la encuesta realizada por el Instituto Elcano: el 43% quita importancia a las elecciones europeas, apenas la mitad se inclina por ir a votar -porcentaje que amenaza con verse muy reducido-, solo un tercio (29%) conoce el nombre del todavía presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, e incluso menos (19%) sabe lo que es, por ejemplo, la Política Agraria Común (PAC). El shock político-mediático del asesinato de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, las incalificables y retrógradas por sexistas declaraciones del candidato del PP, Miguel Arias Cañete, y la increíble indefinición del PSOE, más pendiente de su propio futuro que del de la UE, han deseuropeizado las elecciones. Convertida así la campaña en un remedo de pugna estatal condicionada por la pretensión de los dos grandes partidos de no movilizar el voto ajeno, las elecciones del domingo deciden, sin embargo, la composición de un Parlamento Europeo con más competencias y, por tanto, la base representativa de las políticas de la UE, que ya afectan directamente a nuestro presente y futuro como sociedad y, en el caso de Euskadi, como nación europea.
- Multimedia
- Servicios
- Participación