Unos optaron por irse en cuanto se cumplió la media hora que debían permanecer en el aula y otros intentaron hacer el examen como pudieron, pero totalmente desmoralizados. La indignación aumentó cuando en la prueba de Lengua, en la pregunta que vale la mitad del examen tenían que dar una opinión positiva sobre el sistema educativo. No creo que ninguno fuera capaz de escribir algo positivo después de lo vivido en el examen de Matemáticas.

Me parece una tomadura de pelo. Muchos han invertido tiempo y dinero en preparar esta prueba, mientras estudian otro grado o incluso mientras trabajan. Luego dicen que los jóvenes no estudian, que no se forman, que están desencantados de la política y resulta que cuando quieren formarse y superarse en sus estudios se encuentran con esto.

Y por si fuera poco, se ha extendido el rumor de que se habían filtrado los exámenes una hora antes, por lo que es de suponer que los elegidos lo han hecho perfecto.

A 18 euros por inscrito, el Gobierno vasco se ha embolsado una buena cantidad, pero a costa de las ilusiones de 6.000 jóvenes.