El otro día conocí a un tipo peculiar en el café. Pagó con un billete de 100. Paco se llama, y ha decidido desterrar los bancos de su vida, sus dineros los maneja él, dice. Olé sus... Así que una mañana exigió la nómina en mano, a lo sumo un cheque; seguido fue al banco y canceló todas sus tarjetas y cuentas. Semanas se pasó hasta tener sus euros a buen recaudo -una indiscreción preguntar dónde-. No se crean que por eso su vida ha dejado de ser un infierno, ahora se pasa la mitad del día currando y la otra mitad de ventanilla en ventanilla, pagando facturas que se niega a domiciliar. Al principio le daban un no por respuesta: "Está loco", pero él, erre que erre. Las pasa canutas para comprar un billete de avión, por eso ya sólo va donde el tren le lleva, y en las tiendas le miran mal si saca un fajo de 500; temen que sea dinero negro, no saben que ése lo custodia el banco. Su gesta provoca bochorno en la familia y mofa en los amigos: "A saco Paco", le arengan. Le es igual, porque cuando enciende el motor del coche los Calis le cantan esa de Libertad para ti, ya podrás volar de nuevo... Paco no ansía cambiar nada, sabe que un grano no hace granero pero, ¿y si el grano engorda y cruza fronteras? Imaginen, sería como desahuciar al banco. Uf, sólo de pensarlo ya siento que podré volar de nuevo... ¡Maldito despertador!
