ya sé que se nos hace muy difícil confiar en un equipo que a estas alturas de la temporada anda anclado en el último puesto de la clasificación. Ya no hay duda, 33 partidos después, de que el Alavés es el peor equipo de Segunda División. Soy consciente de que confiar en este grupo tan mal conformado y gestionado parece una supina tontería más propia de utópicos que de seres racionales. Es verdad que el fracaso es rotundo, que el hecho de haber tenido que recurrir a tres entrenadores para guiar la nave es ya de por sí indicativo de lo mal que se han hecho las cosas. Sé que no están contentos con Querejeta, tan cercano al club por motivos económicos y sin embargo tan alejado de los sentimientos que debería despertarle una afición tan leal. Que su testaferro Zubillaga es más un problema que una solución, que ambos no han hecho sino emponzoñar un ambiente que debería ser muy distinto para que todos remáramos en la misma dirección, y más en tiempos difíciles. Sé que no se fían de la capacidad técnica de Alberto y que cuestionan la calidad de los jugadores. Y tienen razón. Pero olviden todo eso y, una vez más, apoyen hoy como nunca a su equipo ante el Castilla. Aunque no se lo merezca. Hace mucho frío en Segunda B, ustedes lo saben mejor que nadie. Ya habrá tiempo de pasar factura... pero todavía no.
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