El Gobierno del PP ha designado un gabinete de expertos para que realicen un informe con el objeto de que le asesoren para la reforma fiscal. Me pregunto, ¿con una administración repleta de funcionarios de carrera, no lo podrían haber hecho ellos? Se habrían podido ahorrar los honorarios de estos sabios.

Los expertos contratados han realizado ya su trabajo y presentado su paquete de propuestas. Ahora les escucho en emisoras de radio y cadenas de televisión presentando y explicando con mucha ilusión su trabajo, pero escuchando sus propuestas a mí me parecen unos trileros. Nos dicen: bajamos el IRPF dos puntos, bajamos otro impuesto medio punto más; ahora subimos este otro, el IBI diez puntos y otro que no existía lo incorporamos. ¿Y dónde está la bolita? El ciudadano acaba pagando tres veces más que antes. Y el Gobierno, que sigue sin recortar ministerios, oficinas ni senadores, gasta mucho más.

Hay que reconocer la genialidad de los gobernantes para confundir y manejar a la población. Cualquier funcionario, autónomo, asalariado o ama de casa habría redactado un informe bastante más real que éste, y sin necesidad de haber contratado expertos... en trilerismo.