los pasos hacia la desaparición de algunos partidos políticos tradicionales son firmes y constantes. Ya lo dijo hace poco la lideresa retirada -pero al parecer muy activa y coleando- Esperanza Aguirre: "Nos están metiendo a todos en el mismo saco". Pues sí señora, así es. Y para algo que pactan los grupos del Congreso allende los mares de la mayoría absoluta popular, van los demás -o sea, la oposición- y se levantan de la mesa. ¿Ley de transparencia? Al PP evidentemente cada vez le interesa menos. Y el arranque de dignidad de socialistas e izquierdistas en general tampoco es gratuito. Los papeles de Bárcenas acosan a Rajoy, que sigue sin querer hablar del tema pero no duda en lanzar a todos sus atláteres a defender públicamente su honor, que nunca hemos conocido persona más íntegra, virtuosa y entregada a defender los intereses generales de España. Los socialistas y comunistas -como definiría Esperanza- no se volverán a sentar hasta que no hable el presidente. "Por supuesto que no quieren transparencia. Esto lo hacen para no tener que hablar de los ERE de Andalucía", comentaban los peperos insultando, una vez más, a la inteligencia del populacho que les sostiene. Ya estamos con el Y tú más de siempre. No salen de ahí. ¿Financiación ilegal del PP y sus dirigentes? Eso no es nada comparado con el cortijo que se ha montado el PSOE con IU en Andalucía. Enchufamos el ventilador y que se expanda la mierda, a ver si así nos distraemos todos. ¡Ah! Pero nada de eso importa porque la crisis se acaba ¿no?