Aitor, de la calle José Mardones de Judimendi de toda la vida, no sabía muy bien qué contestar ante la típica pregunta de Where are you from? Tenía serias dudas sobre si en ese círculo de muy variada procedencia con el que coincidió azarosamente unos días en el camping de un pequeño pueblo perdido en el norte de la Costa Brava diría algo eso de Vitoria. Así que, algo acomplejado, echó mano del socorrido Basque Country, provocando comentarios sobre el Guggenheim Bilbao, el marco incomparable donostiarra o the bulls sanfermineros. Alguien le pidió más concreción y al escuchar que era de Vitoria se quedó como igual. Aitor, sin saber muy bien por dónde salir, citó la European Green Capital -asombrado cuán ignorado es por ahí este rimbombante título-, de la capital de Euskadi -sin saber muy bien qué aporta eso frente a sus vecinas costeras-, del Casco Medieval y la Catedral de Santa María -como si ninguna ciudad europea tuviera un templo gótico- y hasta probó con la wine route riojana, teniendo que terminar hablando de una amable urbe con centros cívicos, jardines, fuentes y tal y cual, sin sacar a sus interlocutores de un frío gesto de educada atención. Hasta que citó, como de pasada, el Azkena Rock. "Oh yeah!", exclamó más de uno que conocía el festival, si quiera de oídas. "Is it a rock city?" -preguntó otra. Y fue ya motivo de animada charla. Así que Aitor ya tenía la respuesta. Desde entonces, sin caras y coloridas campañas de marca y dejándose de tantas pamplinas, la seña internacional de su ciudad ha pasado a ser Gasteiz Rock City (forever).