Desde el mítico café de Rick en Casablanca hasta la Manhattan con la que Diane Keaton marcó una época juvenil, desde la conciencia roja del Novecento de Bernardo Bertolucci hasta la disidente Fresa y chocolate de Jorge Perugorria, pasando por el Mozart de Amadeus o el Paul Newman hebreo de Éxodo, la clásica Primera Plana de Walter Matthau, la entrañable Cinema Paradiso o la gamberra Pulp Fiction. No se trata del anuncio de un ciclo vintage de cine, sino únicamente de algunos de los títulos de cintas de VHS casi olvidadas -buena parte de ellas promociones de periódicos (de papel)- que acumulaban polvo en estantes superiores. El administrador de la comunidad nos acaba de informar de que ha ocurrido un incidente con la compañía eléctrica, que metió "un voltaje más alto del debido" y ha podido dañar algunos aparatos domésticos. En nuestro caso, aparte de la campana extractora de la cocina, el viejo lector de vídeo VHS. El cacharro estaba en desuso, víctima de la dictadura del DVD, a su vez superada por las descargas de la red. Pero estaba ahí. Tras el atentado de la descarga eléctrica posiblemente no lo reparemos ni mucho menos lo repongamos y con él se va todo un mundo mágico de cine. Sí, ya sé que están los DVD y que cualquier chaval me conseguiría acumular con destreza todos esos títulos y cientos más en un par de memorias externas -o como se llamen- pero ya no será lo mismo. Para mí, una parte de Katharine Hepburn o Woody Allen se van con la muerte de este vídeo.
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