la presentación del Plan Estratégico de la Ertzaintza de la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, debe ser el primer paso de la progresiva y necesaria adecuación de la Policía Vasca a la nueva situación que se confirma en nuestro país en el ámbito de la protección de los ciudadanos. Tanto la desaparición de la violencia de ETA que ha pretendido razonarse en motivaciones políticas como la evolución de la delincuencia común y su afección a una sociedad que se ha venido considerando relativamente segura -con un repunte en los últimos meses de los delitos violentos o, al menos, de su percepción- parecen recomendar modificaciones en el modelo policial que potencien la prevención. Una mayor presencia normalizada de ertzainas en la calle y la investigación, a través de una optimización de métodos y medios, para hacer frente a la delincuencia común, pero también a la creciente influencia en Euskadi de la violencia internacional organizada, constituyen dos retos inmediatos. Esto implica, en el terreno de la ampliación de la presencia de los agentes, incidir en la sensación de seguridad y confianza en los ciudadanos, lo que conlleva una imprescindible transparencia -que quizás no siempre ha sido internamente bien entendida- en su actuación y una pulcritud extrema en la rendición de cuentas a la sociedad. Exige también, en el ámbito de la investigación, la completa comprensión del carácter integral de la Ertzaintza, incluyendo las posibilidades de la colaboración internacional -imprescindible ante la globalización del delito- y su plena integración en el espacio Schengen. En consecuencia, la Policía Vasca -sus responsables políticos, pero también sus profesionales y su representación sindical- debe afrontar una remodelación que incluya la adecuación de las características de la plantilla a esas necesidades y también una reorganización de estructuras de mando y de relación de puestos de trabajo. El plan debe responder, en definitiva, a las nuevas necesidades de inmediatez, cercanía, preparación en todos los ámbitos de competencia de la Ertzaintza y, especialmente, una combinación de efectividad y cordialidad en el desempeño de sus funciones que traslade al futuro inmediato los principios originales del Cuerpo.