el término raza comenzó a usarse en el siglo XVI y tuvo su auge en el XIX como categoría taxonómica equivalente a subespecie. En la actualidad no tiene validez taxonómica y sólo se aplica a los animales domésticos. Todos los humanos compartimos el mismo código genético y las variaciones no son debidas a genes distintos, sino a variantes que se reparten con distintas frecuencias en las poblaciones. Un ejemplo: el sistema sanguíneo ABO se debe a un gen cuyas variantes se distribuyen con distintas frecuencias en todo el mundo. En el caso de una transfusión, la sangre de un pigmeo podría salvarle la vida a un sueco, mientras que la de su vecino podría ser fatal si no se corresponde con el mismo tipo sanguíneo.

Pero tomemos un rasgo más visible, el color de la piel, uno de los caracteres más usados para definir las supuestas razas humanas (blanca, negra o amarilla). Este rasgo se debe a la expresión de unos pocos genes; se trata de una forma de protección ante la radiación solar que hizo que a lo largo de la evolución humana se fijaran algunas variantes genéticas que hacen que se sintetice más o menos melanina (el pigmento que da color a la piel) en función de la latitud geográfica: más cantidad de melanina en los grupos próximos al Ecuador y menos en las poblaciones más alejadas del mismo. Por tanto, cuando se habla de raza negra ¿podríamos incluir en ella a una persona de Kenia, a un hindú o un aborigen australiano? Todos ellos pueden tener el mismo grado de pigmentación, pero no constituyen una raza. ¿Son de raza negra todas las personas que tienen la piel más o menos oscura, como algunas poblaciones del Pacífico o de Sudamérica? ¿Qué grado de color hay que tener para ser de una raza o de otra?

No estoy diciendo que no haya personas con pieles oscuras y claras (con múltiples tonalidades intermedias), pero este rasgo no constituye ninguna agrupación con sentido biológico; es decir, estas personas no forman una raza, porque estaríamos agrupando a personas con orígenes muy diversos, lo que sería arbitrario.

Consideremos otro rasgo: la estatura. Muchos grupos africanos tienen estaturas muy altas, pero también las poblaciones del Norte de Europa. ¿Forman todos ellos una raza por su tamaño? ¿Qué rasgo o conjunto de rasgos son más determinantes a la hora de definir una raza; el tamaño, la forma, el color de la piel, el grupo sanguíneo?

Resulta muy difícil dividir o agrupar a las personas usando rasgos biológicos. Existe más similitud genética entre europeos y africanos subsaharianos que entre africanos y melanesios -a pesar de la piel oscura de estos dos grupos-, lo que demuestra que las pautas raciales son incompatibles con la mayoría de las diferencias genéticas. Puesto que en el ser humano es muy difícil separar biología de cultura, algunos prefieren hablar de grupo étnicos. El calificativo étnico significaría la pertenencia a un grupo caracterizado por sus patrones culturales. No obstante, la etnicidad es un concepto bastante más complejo, que incluye biología, historia, costumbres y prácticas culturales, lenguaje, religión y modo de vida.

Todos estos aspectos vienen a cuestionar la validez del uso de raza en nuestra especie. Así, en el lenguaje corriente, raza se utiliza en ocasiones para designar a grupos sociológicos sin que se corresponda con ningún significado biológico. Los hindúes son considerados blancos en EEUU, pero de color en Gran Bretaña (al igual que los chinos, pakistaníes y malayos). El mulato de primera generación de un progenitor de origen africano y otro de origen europeo -que ha recibido tanta información genética de su padre como de su madre y que tiene un origen ancestral tan africano como europeo- es considerado en casi todas las sociedades como perteneciente a la raza negra. ¿Por qué? El problema surge cuando se quiere dar al concepto de raza un significado científico que no tiene para justificar determinadas ideologías racistas.

Cada uno de nosotros constituye una sola historia genética. Por ello, no podemos construir una raza, ni siquiera dentro de nuestra propia familia; somos todos diferentes y al mismo tiempo formamos parte de una misma especie biológica. Somos culturalmente distintos y es en esta diversidad cultural donde se encuentra nuestra riqueza.