Cuando en el siglo XIV los primeros europeos llegaron a Canarias quedaron extrañados al comprobar que los lugareños hablaban euskera. Era grande el parecido entre ambas lenguas y por eso se envió como misionero a un euskaldun de Iparralde. Poco les duró su lengua a los guanches al ser conquistados por los españoles, nada respetuosos con la identidad de los pueblos.
La teoría del origen norteafricano del euskera la mantienen importantes lingüistas como Schuchardt, Mukarovski o Dominik Woelfel. Estudian las similitudes del vocabulario de los guanches -recogido por Torriani y Abreu- con el euskera. Son comunes en ambas lenguas palabras tan corrientes como adar, bai, beltza, iri, izarra, ate, aho, andia, garia ama, ura u otras muchas, con pequeñas variantes. También hay parecidos en la toponimia. La semejanza es evidente y, y también con el bereber y el egipcio antiguo, entre otras.
No quiero citar sólo autores extranjeros. Hay un estudio muy interesante publicado por la Universidad Complutense de Antonio Arnaiz Villena y Jorge Alonso García titulado Egipcios, bereberes, guanches y vascos. Es un libro reciente, del que se han publicado varias ediciones. Estudia estas semejanzas y los autores se sirven del euskera incluso para descifrar inscripciones y jeroglíficos egipcios. Me maravilló su trabajo.