La manzana ha sido utilizada en numerosas ocasiones para calificar a personas o sus actuaciones. Aparte de dar nombre artístico a un cantaor, se utiliza en expresiones como manzanas podridas o manzanas de la discordia, sin olvidar la manzana de Eva ¿o era de Adán?

En política se utiliza hace muchos años, casi siempre en sentido peyorativo. La primera vez que escuchamos esa utilización fue al lehendakari Garaikoetxea, quien ante la pérdida de confianza hacia él por parte de su entonces partido el PNV, dijo refiriéndose a la situación aquello de "yo no seré manzana de la discordia", entre expulsiones y follones varios, y llegó a ser apodado por algunos Manzanita. Fundó EA y, entre más discordias, llevó una trayectoria errática un día en la socialdemocracia, otro volviendo a pactar con el partido del que se escindió, dejando el espacio de la izquierda a la izquierda violenta, y al final caer rendido a los pies de ésta.

Pero volviendo a las manzanas, se atreve a catalogar de "manzanas podridas" a excompañeros suyos por haber apoyado al PNV, como si él y otros se mantuvieran en el ideario de EA, cuando apoyan a Bildu.

De EA, muchos se fueron al PNV, o le apoyan, otros al mundo de HB, otros no nos fuimos a ningún sitio porque entendimos que no había ninguno donde mereciera la pena ir. Creímos en el proyecto, nos identificamos con él y eso no se improvisa, pero no era nuestro fin acabar en una izquierda antisistema que llega treinta años tarde a todo, con un trágico bagaje de muertos y presos.

Tampoco creímos que nuestro sitio estuviera en o con el PNV, aunque cada uno es libre de votar a quien le plazca, pues para nosotros lo de las adhesiones inquebrantables se acabaron. Ahora bien, nadie está en posesión de la verdad, pese a que siempre hay alguien que se cree la parte y el todo, el principio y el fin, pero se equivoca siendo la manzana de la discordia.