Los nuevos barrios de Vitoria -especialmente Lakua, Zabalgana, Sansomendi o Salburua- dibujan desde hace unos años el skyline de una nueva Gasteiz verde y joven y con una gran proyección de futuro por su crecimiento urbanístico sostenido, su oferta de servicios y su capacidad de atraer flujos de población de otras comarcas de Euskadi. Es frecuente ver en las zonas verdes de la periferia vitoriana estampas de numerosas parejas jóvenes con hijos generando vida en unos barrios que hasta hace poco eran considerados dormitorio y en ocasiones hasta con apariencia inhóspita. Y resulta alentador también ver a una entusiasta multitud de txikis recogiendo el testigo generacional de la tradicional tamborrada de San Prudencio, como ilustra hoy la portada de DNA y el cuadernillo especial dedicado a la festividad alavesa. Pero si estas imágenes revitalizadoras representan, efectivamente, una realidad emergente en la nueva Vitoria, no es menos cierto que los datos apuntan a un progresivo envejecimiento. Verde por fuera, madura por dentro, refleja gráficamente el titular de la apertura de Vecinos en nuestra edición de hoy, basada en datos como que las familias con hijos menores a su cargo ya no son mayoría demográfica en la capital alavesa -apenas representan una cuarta parte- o que son superadas por los hogares en los que viven personas mayores de 65 años, que representan un tercio. Estas cifras vuelven a poner sobre el tapete la inquietud por los bajos índices de natalidad que ofrecen las ciudades desarrolladas. Pero sería un error aislar esta tendencia de la escasez de ayudas y el bajo nivel de servicios para facilitar la conciliación de la vida familiar y laboral de los que adolecen nuestras administraciones desde hace décadas, que se han escudado en medidas oportunistas como el cheque-bebé, que no resuelven el fondo del asunto. La maternidad ha cargado el peso sobre los pilares de la doble jornada de las mujeres y la incorporación de los abuelos y abuelas al cuidado activo de sus nietos, mientras que otros países europeos que han apostado por una red integral de servicios han experiementado un repunte de sus tasas de natalidad. Es cierto que la crisis económica ha sido el principal freno -si no la excusa- para abordar este reto, pero el reto de futuro sigue ahí.