dICE ahora el lehendakari Patxi López que "la Justicia tiene un papelón" tras la decisión del Gobierno de Zapatero, al rebufo de las exigencias del PP, de impugnar todas las candidaturas presentadas por Bildu. En realidad, el papelón al que hace referencia López -que ha estado callado hasta ahora, como si la presencia o no de Bildu no tuviera relación alguna con el resultado electoral del 22-M- afecta directamente a la credibilidad de la democracia y al garantismo del Estado de Derecho. En primer lugar, ubica en una difícil situación al Gobierno del PSOE porque parece que será difícil mantener en sus puestos a los ministros de Interior y de Justicia, Alfredo Pérez Rubalcaba y Francisco Caamaño, si el Tribunal Supremo no avala las acusaciones de que Bildu "forma parte de la estrategia de ETA". O qué decir del fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, quien no tuvo reparo alguno en argumentar en favor de esa ilegalización con el objetivo argumento jurídico de una información periodística sobre una supuesta conversación telefónica grabada a Arnaldo Otegi con su mujer en la cárcel. Y en segundo término, con esos mimbres, una resolución judicial en consonancia con el discurso político de PSOE y PP sólo incidiría en la creciente idea cada vez más arraigada en la sociedad de una politización sistemática de los altos tribunales de justicia. Hasta ahora la impugnación de esas candidatura se fundamenta únicamente en informes policiales y en informaciones periodísticas, en su mayor parte suministradas por la prensa derechista y altavoz en este caso de la estrategia electoral del PP, que ha hecho de esta cuestión el principal argumento electoral de cara al 22-M. No es asumible por un Estado democrático vulnerar el principio constitucional que salvaguarda el pluralismo político ni el derecho democrático a la participación política con unas bases tan poco sólidas. Aunque visto el tono creciente de la descalificación hacia personas y partidos que forman Bildu -por cierto, sin coste judicial alguno- y visto el evidente beneficio electoral para PSE y PP que se pudiera derivar de la ausencia de esas listas en el resultado de los comicios municipales y forales, hay motivos para el pesimismo democrático.