Tenemos un niño de 21 meses al que le diagnosticaron que necesitaba ayuda de un fisioterapeuta para estimular su desarrollo motor. Visto esto, el Instituto de Bienestar Social de la Diputación de Álava nos concedió este servicio dentro del plan de Atención Temprana para niños-as de 0 a 3 años el pasado 3 de febrero. Hasta ahí, todo normal. Lo que verdaderamente clama al cielo es lo que ha ocurrido a continuación: nos dicen que no hay suficiente presupuesto para ofrecerle ese servicio a nuestro hijo, reconocido como derecho del menor y concedido por ellos mismos. Ponen la excusa de que este año hay muchos niños-as que requieren fisioterapia y no alcanza para todos. Para menores de estas edades, unos meses de espera es una barbaridad. Y si la Diputación presume de ofrecer un servicio de Atención Temprana, estimamos que así debería serlo; es decir, con carácter termprano.

Tras reunirnos con el gerente y subgerente de Bienestar Social, no hacen más que darnos largas a la hora de ampliar el presupuesto. Con muy buenas palabras nos van dando fechas en las que van a conceder el dinero para contratar a un nuevo fisioterapeuta que atienda a estos niños-as. Sin embargo, al llegar esas fechas, da la sensación de que se les ha olvidado el tema por completo.

Mientras tanto, la familia que disponga de mucho dinero llevará a su niño-a a un fisioterapeuta privado. Y los que no dispongan de tantos recursos deberán seguir esperando hasta que a la Diputación le convenga dar el dinero.