HA llegado ya el momento de emprender la segunda batalla. Tantas letras invertidas en el inicio de la lucha de Usuarios del Tranvía Unidos (UTU), asociación todavía unipersonal, no han sido en vano: pueden observar el resultado en ciertas paradas del metro exterior (¿por qué ligero, si pesa tanto como parece?), donde los jefes pensantes del semoviente verde han colocado papeleras que ya impiden, y esa es su misión, que la suciedad invada el asfalto, llene de colillas la hierba donde se posan los raíles y afee la verde ciudad que habitamos. Tras esta victoria, parcial porque las papeleras no han llegado a todas las paradas, UTU abre el segundo frente, mentado ya en alguna ocasión en estas líneas, pero no abordado en su necesaria amplitud: Eusko Tran debería meditar la colocación de barras y asideros superiores en las zonas de las puertas, que los pasillos de asientos ya ofrecen soluciones. Hay ocasiones, próceres tranviarios, en que resultan imprescindibles para mantener el equilibrio cuando somos turbamulta y no hay manera de extender el brazo para agarrar con firmeza las barras verticales. Los grandes de la ciudad, los altos quiero decir, logran, dada su envergadura, asir fácilmente cualquiera de esas barras al tiempo que comparten con el resto del pasaje su aroma corporal, en sincera y entregada comunión con todos los olores viajeros; los demás lo intentamos, pero sin éxito, y quedamos al pairo. Piénsenlo, prohombres con pantógrafo: tras las papeleras, los asideros superiores. UTU en lucha.