otra semanita más. Y van... El Alavés ha empatado en Barakaldo, continúa líder destacado en la clasificación y en los despachos sigue mandando, organizando y planificando Alfredo Ruiz de Gauna, el todavía presidente y dueño de un club al que otros parecen querer aunque, eso sí, entre bambalinas y desde la retaguardia más resguardada. La Diputación -principal acreedora del club y por tanto la más interesada en salvaguardar la viabilidad de la entidad aunque sólo sea para recuperar parte de lo que se le debe- no acaba de dar con la tecla adecuada para terminar de convencer a próceres inversores de la ciudad de las bondades que a medio o largo plazo pueda reportar hacerse cargo del Alavés. Lo que iba a ser cuestión de días se ha convertido en semanas y, al paso que vamos, puede que el plazo se extienda a meses. Y, si no, fíjense cómo políticos seguramente bien informados sobre este asunto como el teniente de diputado general Claudio Rodríguez y el socialista Txarli Prieto han transformado su euforia inicial en los actuales llamamientos a la prudencia y a la cautela. Nadie se atreve a romper la baraja, pero lo que es evidente es que las cosas no son tan fáciles como parecían en un principio cuando se le exigía a Gauna que abriese inmediatamente las puertas para dejar entrar a los ansiosos inversores. La ampliación de capital se abrió y se cerrará sin que ninguno de los interesados se haya decidido a dar un paso al frente. Ahora se le pide a Gauna una prórroga... Las negociaciones continúan.
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