EL galardón obtenido por Vitoria-Gasteiz como Capital Verde Europea se ha convertido en un hito de suma importancia para la ciudad, lo que le está permitiendo adquirir un grado de notoriedad que hasta hace poco parecía imposible de alcanzar. Dicho galardón ha dotado a la ciudad de un barniz verde, oficial y oficioso, que hace que, aun siendo la misma ciudad, se haya convertido en una ciudad diferente. Y la diferencia radica en que además de que somos verdes, ahora se nos percibe con más nitidez.

Esta realidad gratificante, nuestra ciudad, forma parte de un mundo globalizado donde lo local y lo diferencial, aunque parezca un contrasentido, siguen siendo una de las materias claves a tratar. Conceptos como la producción y exportación urbana, basada en aspectos como la cultura, el bienestar y la calidad de vida, la innovación, un nuevo espacio de oportunidades, de valores, de ética, de conocimiento, de recreación, de naturaleza viva y productiva… son cada vez más demandados y más tenidos en cuenta. Todos estos aspectos los debemos situar en un entorno internacional, donde la comunicación y la información no se han convertido en algo meramente cotidiano, sino en una abrumadora realidad.

Algunas cifras son del todo elocuentes. En el mundo se publican más de 300.000 libros al año, hay más de 400.000 periódicos, existen más de 2.000 millones de páginas web o la cantidad de tráfico que circula por Internet se duplica cada cien días. Todo ello está generando un gran desequilibrio entre la información existente y la disponibilidad de atención y debido a ello está apareciendo el denominado fenómeno del infoestrés, con consecuencias psicológicas y organizativas cada vez más preocupantes.

En definitiva, es tanta la información, las actividades, la gente, los intereses y los lugares que se disputan nuestra atención que la mera gestión de la misma, se está convirtiendo en una de nuestras actividades más importantes. Pensemos que la generación de la atención se está convirtiendo en un nuevo valor productivo -económico- en muchos casos decisivo. En este ámbito de la comunicación e información, admitamos que estamos teniendo un duro aprendizaje, al ir percibiendo que las respuestas al déficit de la atención no dependen de disponer de tecnologías de gran calado, sino de encontrar las fórmulas más apropiadas para gestionarlas.

En este contexto, y para que Vitoria-Gasteiz adquiera el protagonismo necesario, sería aconsejable que tuviéramos la capacidad de generar y gestionar la atención entre nuestra propia sociedad y en el exterior.

Disponer de una realidad local tan verde, natural, ecológica o de calidad de vida hace que dispongamos de un elemento estratégico de suma importancia a la hora de centrar, generar y gestionar dicha atención hacia Vitoria-Gasteiz de la forma más constante y productiva posible.

Toda esta nueva movida de la ciudad actual, moderna y reconocida nos obliga a más (que no a menos) en nuestras respectivas responsabilidades profesionales y personales, individuales y colectivas, que se han de convertir en base de los nuevos factores determinantes de competitividad urbana.

Tomando como base este nuevo escenario urbano, la oportunidad de exportar ciudad y el entramado de comunicación e información existente, considero que la actividad turística es uno de los sectores económicos que más puede verse beneficiado y que más puede aportar si se utilizan estratégicamente las posibilidades que le brinda un entorno oficial y oficiosamente diferente. La utilización del barniz verde y ecológico por parte del sector posibilita el acceso a nuevos nichos y demandas en algunos casos ya reconocidos, pero hasta la fecha con dificultades de poder penetrar y tener presencia entre los mismos.

Esta nueva situación turística aconseja la puesta en marcha de propuestas transversales que, a iniciativa de la actividad y de los agentes turísticos, posibiliten la incorporación de nuevos elementos, escenarios y agentes ajenos en muchos casos al sector, pero decisivos en los tiempos que se avecinan.

De la misma manera, y en materia de innovación turística, el factor verde será otra de las posibilidades que nos brinda la ciudad para que se vaya consolidando toda una nueva vertiente creativa y diferenciada, ampliando con ello nuestra gama de productos, servicios y vivencias turísticas. Sería conveniente que dicha gama no se remitiera a dar respuesta a demandas basadas en propuestas muy genéricas, superficiales y/o contemplativas de nuestra ciudad, sino que aparecieran productos y servicios mucho más elaborados, de más valor añadido y que permitieran profundizar y generar más experiencias en nuestra ciudad como destino turístico.

Desde un punto de vista tanto social como turístico, la priorización del factor verde de la ciudad no significa la desaparición, el desuso o el deterioro del resto de factores o elementos, sino que tiene como objetivo convertirse en tractor y enriquecedor del resto. La priorización del factor verde fortalecerá la cohesión interna y facilitará y centrará la atención entre los destinatarios de nuestros mensajes y realidades, generando economías adicionales a las actualmente existentes.

Todo ello siempre que surjan propuestas en escala donde lo verde homologue y aúne el conjunto de iniciativas sociales, culturales, medioambientales, turísticas y de recreación que existen o pueden llegar a existir a partir de ahora.