Con el nuevo año, vemos calendarios de todo tipo. Según el lugar donde nos encontremos, así será el calendario. No es lo mismo estar en un hospital o en centro oficial, donde los calendarios serán de ciudades, paisajes o similares que en un taller mecánico, donde nos encontraremos señoritas con poca ropa.

He leído en la prensa la que se ha liado en Italia porque quieren sacar un calendario con la foto de doce pubis femeninos. He tenido la oportunidad de verlo y hay de todas las clases y colores: grandes, pequeños, rubios, morenos, pelirrojos... Oliverio Toscani, que así se llama el intrépido fotógrafo, ha logrado impactar con sus doce fotos y ha conseguido lo que seguramente quería, que las feministas traten de impedir su publicación. Por tanto, el éxito de su trabajo está asegurado. Nada más hay que insinuar que algo está prohibido para que todos queramos verlo. Las explicaciones que da el famoso fotógrafo es que quería quitar glamour a las famosas y tradicionales fotos de moda, donde la mujer aparece con tacones altos y labios pintados de rojo y donde muestra todo menos lo que se ve en el famoso calendario.

Ya este fotógrafo pegó un buen pelotazo con las famosas fotos de Benetton en sus polémicas campañas en los años noventa y también se le echaron encima casi todas las asociaciones de derechos humanos del país, aunque las fotos se publicaron y no pasó absolutamente nada. El mundo está ya tan saturado de todo, que tenemos que volver a nuestras raíces para que algo cause impacto. Y qué mejores raíces que el mismísimo triángulo púbico femenino, deseado por todo hombre que se precie. Y para demostrar mi amor y gratitud con la mujer, cito una frase anónima, que siempre me ha encantado: "La fuerza más poderosa del universo es la lágrima de una mujer".