PENSABA yo que con la estigmatización por parte de una empresa noruega a sus empleadas, brazalete al brazo si están menstruando para controlar el tiempo que pierden en el baño, habíamos tocado techo en el ránking de chorradas que se inventan las empresas en tiempos de crisis. Pero joder, lo de la I+D+i+i es la leche. Un banco suizo se acaba de marcar un supermanual de imagen empresarial o de belleza de la señorita Pepis, no lo sé, para sus empleados. Que recomienden vestir con "colores neutros", porque transmiten competencia y sobriedad, o que las faldas de las empleadas lleguen a la rodilla se queda en un juego de niños con lo que viene después. Por ejemplo: el maquillaje femenino ha de ser "luminoso, combinado con una máscara de pestañas y un lápiz de labios discreto". Que quiero ver a ese jefe de personal -o jefa, que me viene a dar igual- dando unas lecciones prácticas de "maquillaje luminoso". Por cierto, nada se dice del maquillaje masculino. Sugiero un "maquillaje sombrío", rollito gótico entre Eduardo Manostijeras y The Cure. Pero bueno, seamos generosos, démosle un pasar. Lo que me ha dejado pasmada es que la ropa interior de los trabajadores ha de ser de buena calidad y fácilmente lavable. ¿Habrá controles de calidad ad hoc, tipo este calzoncillo/braga es de mercadillo, que se ve a la legua? La referencia a la limpieza de la prenda ¿es consecuencia de la detección reiterada de palominos? Y más importante aún ¿cómo los han detectado? ¿Hay inspecciones sistemáticas de ropa interior en las sucursales?