Parece que estos momentos de crisis financiera y económica que ha situado a muchas naciones en graves dificultades como causa de los ataques de los llamados mercados financieros, resulta un tanto sorprendente e incluso deprimente cómo gran parte de la ciudadanía española más afectada no duda en entregarse en cuerpo y alma a las fauces de quien por su codicia insaciable nos está devorando y luchando desde su poderío económico por la más injusta distribución de la riqueza, incluso, atacando al Estado de Bienestar conseguido años atrás.

Quienes consideramos que tanto el neoliberalismo como el comunismo son sistemas obsoletos y acabados y apostamos por la socialdemocracia como sistema que trabaja por una más justa distribución de la riqueza consideramos con cierto asombro cómo sindicatos obreros, partidos que se consideran izquierdistas, poderes mediáticos lacayos de las derechas e incluso jerarcas con mitra están empujando a la ciudadanía para que apueste por ese capitalismo salvaje, que incluso no duda en privatizar lo público y dejar al Estado sin capacidad económica. Utilizando la demagogia para desgastar al Gobierno, repiten como disco rayado una y mil veces lo de los cuatro millones de parados, ocultando que gran parte del paro procede de la burbuja inmobiliaria que ellos crearon y alimentaron construyendo cuatro veces más de lo necesario en las comunidades donde gobiernan y donde parece que los especuladores y los Gürtel han disfrutado como un burro en un berzal.

Ahora se llaman andanas, imitan a Pilatos y actúan como Caifás al grito de ¡crucifícalo, crucifícalo! Ojalá la ciudadanía reflexione sobre el porqué de la crisis, quiénes la han creado y quiénes están obligando a los gobiernos bajo amenaza a tomar duras e impopulares medidas para salir de la crisis.