acaba de publicarse el informe PISA 2009, una prueba que mide el rendimiento escolar en lectura, matemáticas y ciencias y en la que participan alumnos y alumnas de 15 años (4º de ESO) de 45 países de la OCDE. Los resultados indican que Euskadi se sitúa bien en lectura, muy bien en matemáticas y regular en ciencias. Las puntuaciones en el País Vasco están siempre por encima de la media de España. Se observa una mejora en lectura y matemáticas y la misma puntuación en ciencias. Estas son, de una manera resumida, las principales conclusiones; sin embargo, me parece interesante analizar algunos datos e interpretaciones que se han hecho desde el Gobierno de López.

Las pruebas para el informe PISA se realizaron durante abril y mayo de 2009. Es decir, los resultados, en lo bueno y en lo malo, miden la situación en la que se encontraban los alumnos y alumnas que se habían formado en el periodo del Gobierno Ibarretxe. Por eso se hace extraño que la actual Consejería de Educación haga una presentación de los resultados como si fueran fruto de su gestión, sin ninguna mención a los anteriores responsables. "La orientación del sistema vasco de educación es estupenda", afirma la Consejería y hay motivos para reconocerlo, pero sorprende que digan esto quienes en noviembre defendían que iban a "liberar la enseñanza del adoctrinamiento" y denunciaban el tratamiento de "una enseñanza sectaria y reduccionista".

A pesar de que la mayoría del alumnado de 4º de ESO se escolariza en los modelos B y D, en euskara, los alumnos fueron examinados en un 85 % en castellano y solamente el 15% realizó la prueba en euskara. Esta opción fue debida a que, presumiblemente, después de 12 años de enseñanza bilingüe, la lengua que mejor dominan los alumnos vascos es el castellano, y consiguen esta lengua mejores puntuaciones que muchas otras Comunidades Autónomas. ¿Hacen falta todavía más pruebas para certificar la precariedad en la que se encuentra el euskara y demostrar que la lengua castellana no está en peligro? Una consecuencia de esta situación debiera inclinarse por intensificar la enseñanza del euskara y, sin embargo, Educación ya nos advirtió de que lo realmente importante era "cómo introducir la lengua extranjera" en el sistema educativo. Es decir, ya no había que preocuparse del euskara, sino del inglés.

Expertos de la UPV, del Instituto Vasco de Evaluación e Investigación (ISEI) y otros responsables del área de ciencias de diferentes programas y centros de enseñanza coinciden en que una de las razones por las que nuestros escolares obtienen puntuaciones mediocres en ciencias puede ser la metodología empleada en esa enseñanza. Afirman que la manera de enseñar de nuestros centros es memorística y teórica y que la manera de examinar en el informe PISA está más centrada en la resolución de problemas a partir de tablas, datos y gráficos. Puede que el problema no sea el número de horas, sino la manera de enseñar las ciencias.

"¿De dónde sacar tiempo para aumentar las horas de ciencias?". En la Consejería parecen preocupados con esta pregunta. Sin embargo, lo que han hecho ha sido aumentar las horas de inglés. Si el bilingüismo resta tiempo a las ciencias, y siguiendo con la teoría de que "el Euskara ocupa lugar", hay que imaginar que el trilingüismo, con más horas de inglés, pone las cosas más difíciles.

Un aspecto que ha pasado desapercibido es la diferencia de puntuaciones que se observa entre el alumnado de origen inmigrante y el alumnado nativo o autóctono. Aquí hay que reconocer que las cosas se están haciendo mal, como en casi todos los países analizados. Por poner un ejemplo, en el conjunto de los países de la OCDE presentes en el informe PISA 2009, la diferencia de puntuación en lectura entre nativos e inmigrantes es de 43 puntos a favor de los nativos. Pues bien, la media española es de 56 puntos y la media del País Vasco es de 71 puntos, siempre a favor de los nativos. Somos de las comunidades que más discriminan al alumnado que viene de otros países. Y el problema no es el bilingüismo, porque La Rioja y Castilla y León están por encima de Euskadi. Si nos paramos a pensar en la importancia de dominar la lectura como instrumento para el éxito escolar y la integración social podremos caer en la cuenta del enorme problema que tenemos en la educación con el alumnado inmigrante.

En resumen, hace falta un poco más de humildad a la hora de apuntarse medallas sobre la buena marcha de la educación vasca y tener un poco más rigor a la hora de adjudicar responsabilidades al sistema bilingüe vasco por los resultados obtenidos en ciencias.