Al igual que la protagonista del conocido cuento inglés, la señora Sánchez-Camacho se ha visto rodeada de una Catalunya llena de paradojas donde era suficiente ceñirse a la realidad para conseguir conectar con una ciudadanía cansada de ver cómo sus políticos viven en un mundo de fábula.

Prohibición de las corridas de toros argumentando el sufrimiento animal y protección de los correbous, donde se maltratan y queman sus cuernos; obligación a los hoteles de cuatro estrellas a poner en el desayuno pan tumaca; multas a los comerciantes catalanes por rotular en castellano; embajadas con presupuestos millonarios en plena crisis?

Sólo alguien que estuviera fuera de todo este mundo contradictorio y absurdo podía, al igual que la protagonista del cuento, conducir a su partido al mejor resultado obtenido por los populares catalanes en su historia.

Solo había que dejar atrás el mundo ilusorio y fantástico en que han convertido el Govern de la Generalitat y decir la verdad a los ciudadanos. Y los ciudadanos lo han entendido.