Queridos hijos: espero que estéis bien, aunque sé que es difícil, pues a las duras condiciones de vida de los campamentos hay que añadir la indignación y la preocupación por lo que está viviendo vuestro pueblo en los territorios ocupados. Pero aun así tenéis que ser fuertes. Aunque Marruecos os invada, separe vuestras familias, os humille, os torture y asesine, nunca podrá matar vuestra dignidad, vuestro orgullo como pueblo y vuestro espíritu libre (por algo sois los hijos de las nubes). Mientras haya un corazón saharaui latiendo, habrá un Sáhara libre.
Espero ver con vosotros el día en que la ONU haga cumplir sus resoluciones, defienda de verdad los derechos humanos y lleve a cabo el referéndum de autodeterminación, sin dejarse presionar por Estados Unidos, Francia y Marruecos.
Espero también ver cómo el Gobierno español asume sus responsabilidades en el proceso de descolonización, cómo os defiende de las agresiones externas a vosotros que todavía muchos tenéis la nacionalidad española, cuándo ha defendido a ciudadanos de tantos países en supuestas misiones de paz (Bosnia, Kosovo, Afganistán). Espero ver que el Estado español anteponga vuestra vida y vuestra libertad a intereses económicos.
Me gustaría tomar el té pronto con vosotros, no en los campamentos de refugiados sino ya libres en vuestro país, Sáhara Occidental. Sabed que tenéis el cariño y el apoyo mío y de muchísima gente y que seguiremos luchando por vosotros. Os quiere.
Vuestra madre de acogida,