EL pasado día 3, en la última página del diario que tienen entre manos, una noticia brillaba sobre las demás, al menos para quien esto suscribe: Proyectan una isla poblada exclusivamente por rubias en medio del Índico. Así, sin investigar más, el titular despertaría la curiosidad del pequeño de casa, que sólo lee lo que ofrece DNA en Qué Mundo, y cabe imaginar que también la indignación de alguna agrupación acostumbrada a indignarse, que abundan. El buceo entre las letras aclara el tema, y hasta lo mejora: todo tiene que ver con el proyecto de una empresa lituana que pretende explotar turísticamente una isla en la Maldivas que estará atendida sólo por mujeres rubias, incluyendo las azafatas y los pilotos de los aviones que vuelen, sin escalas, desde Europa a la ya bautizada Isla de las Rubias. Está claro que en el mundo de los negocios caben proyectos tan tontos como éste que defiende con vehemencia la empresa en cuestión, de nombre Olialia, de la siguiente manera: "Nuestras chicas, las lituanas, son muy inteligentes y tienen carrera y muchas ideas". Imaginaba, al parecer erróneamente, que este tipo de comentarios formaban parte del fantasmal pasado de ciertos estereotipos. Visto que la humanidad no mejora, o lo hace a paso de tortuga, miedo da pensar en algún proyecto económico de similar jaez que halle, como ahora se dice, nicho de mercado en nuestra tierra. Así que feos y feas del mundo, vulgares todos y de pelo sin color definido, defiéndanse, tomen el poder y derroquen a los necios. O que les den.