Dia 29, huelga general... una vez más? ¿De qué han servido las anteriores? ¿Se han planteado los gobernantes de turno que algo fallaba? ¿Creen que Zapatero va a cambiar su proyecto? ¿No ha dicho ya que no tiene ninguna intención de hacerlo? ¿Están los tiempos como para perder un día de sueldo? ¿Los señores de los sindicatos convocantes también lo pierden? Yo, desde luego, soy partidaria de manifestar mi queja, de plantarle cara a este gobierno y al que venga, que doy por hecho que lo hará igual de mal, usando las mismas técnicas de enriquecimiento individual a merced de la miseria general. Pero me pregunto si ésta es la forma. Al señor presidente del país le ha dado exactamente igual que hayamos salido a las calles a gritar; además ya se encargarán ellos de anunciar en los medios afines que sólo éramos la mitad. Y me pregunto también: ¿todos los que salieron ayer a lanzar al viento su rabia contenida, asisten después a los mítines aplaudiendo y agitando el banderín? ¿Creen que con ellos o con otros sería distinto? ¿No es ésta una tremenda contradicción? Hagamos una protesta distinta. Puede ser que la sorpresa de lo inesperado les haga tomar conciencia y rebusquen en su fuero mas interno la honradez que perdieron. Vamos a hacerles el vacío, vamos a dejarlos solos en sus discursos, que vean que no nos interesa lo que dicen, ni éstos ni aquellos, que estamos hartos de palabras que se quedan vacías antes de convertirse en hechos. Vamos a darles la espalda, igual que lo hacen ellos, cuando nos convoquen para escuchar su palabrería, y darse su ansiado baño de gloria para alimentar sus egos. Dejémosles solos, que encuentren las sillas vacías, que no haya nadie a quien hacer promesas frías, que entiendan de una vez que para recibir nuestro apoyo tienen que vestirse de honestidad. Que nos den de una vez el respeto que merecemos, ya que, no nos llamen a engaño, sus astronómicos sueldos salen de todos y cada uno de nosotros. Otra pregunta, ya para terminar: si nosotros les pagamos, ¿con qué derecho fijan ellos sus salarios? Definitivamente, creo que hay algo que estamos haciendo mal desde la base, algo que podemos y, por lo tanto, es nuestra obligación cambiar.