En Italia hay estos días una polémica alrededor de las reacciones contra dos hombres que se daban un beso en una playa, una mujer que se aplicaba crema mostrando sus senos y, otra que daba de mamar a su hijo. En La Repubblica se puede leer que esperan que estos hechos sean sólo una coincidencia de "acciones de cretinos" y no una epidemia de fanatismo sexual.

Pues, no. Debo decir que no son unos "cretinos", en principio. Estamos en los albores de una época de represión y de miedo. El primer salto al vacío ha sido la crisis y la consiguiente pérdida de derechos. A ello, le sigue el desmantelamiento del Estado de Bienestar, que es el garante de la igualdad. Y, ahora, van a por las libertades.

Sé que no es casualidad que en España y en Italia, dos lugares donde estoy pasando las vacaciones, se estén produciendo este tipo de noticias. Quienes vivimos los tiempos de Franco, todavía nos acordamos en qué se traducía la moral católico-fascista. Los más jóvenes podéis leer o preguntar sobre ello. No hay texto para contarlo. No son buenos tiempos para la lírica, ni para la libertad que representó dejar atrás una sociedad pacata, mojigata y represora. No me cabe duda de que los mismos que ahora se alzan contra los besos y los pechos al sol son los que, por poner un solo ejemplo, no ven mal llevar a sus hijos a los toros para ver cómo la sangre de un ser vivo calienta la arena, en esta ocasión del ruedo, para diversión de algunos.