El alcalde Patxi Lazcoz realizó ayer un exitoso balance oficial de La Blanca 2010 y no le faltaron argumentos para presumir, y con razón. Ya sea por la alta participación de los vitorianos, por el significativo aumento de visitantes o por la destacable ausencia de incidentes, La Blanca ha sellado un resultado extraordinario en los seis días que transforman la ciudad. La bajada de Celedón ya hacía presagiar que estas fiestas iban a estar presididas por un espíritu especial, alimentado por las enormes ganas de fiestas que guardaban los gasteiztarras a pesar -o precisamente por eso- de las penurias de una crisis económica que atenaza a miles de familias. Ya desde el arranque, un pletórico Gorka Ortiz de Urbina -quien cumplía diez encarnando al mítico aldeano de Zalduondo- se encontró con una plaza de la Virgen Blanca abarrotada que atravesó, sin embargo, sin ningún contratiempo y aupado por la colaboración de las decenas de miles de personas que le arropaban. Fue el prólogo de unas fiestas marcadas por el buen ambiente en la calle, donde ha imperado la confraternización, el respeto y el buen beber. El Ayuntamiento aderezó ayer este balance con los números de los más de 300 actos organizados, una participación en los mismos contabilizada por decenas de miles de personas o la llegada a Vitoria de casi 5.000 turistas, aunque quizás hubiera faltado alguna reflexión cualitativa sobre un programa oficial excesivamente institucionalizado. El alcalde hizo justicia al destacar el protagonismo que han tenido los blusas, aunque quizás el Consistorio debiera ir más allá y otorgar a las cuadrillas mayor liderazgo e iniciativa en el programa para hacer de La Blanca, entre todos, unas fiestas entrañables, sí; pero también más activas, imaginativas, populares, callejeras y, en definitiva, motivo de orgullo para los gasteiztarras. Amurrio -a cuyas fiestas DNA dedica hoy un suplemento especial- toma esta tarde el relevo en el calendario festivo estival que se disemina por todo el territorio alavés. Su alcalde, Pablo Isasi, previene que tiene un programa de "austeridad y responsabilidad". Pero la austeridad en el gasto y la responsabilidad en el consumo de alcohol y en el respeto a la convivencia no estarán en absoluto reñidos con el buen ambiente y las ganas de fiesta, como acaba de demostrar La Blanca. Que la crisis no nos agüe la fiesta.