El presidente López y su jefe han pensado que una forma de reducir gastos es congelar las pensiones de jubilación (altas) y que estos afortunados paguen, además, parte de las medicinas.

Al parecer, no se refieren a las pensiones que les quedan a los políticos por cuatro años de servicio, sino a las que después de cotizar 35, 40 o más años tiene la gente normal y que tras haber pagado (no todos) cuotas a distintos sindicatos esperan que estos neutralicen estas medidas, aunque ya hay quien dice que el Gobierno los tiene comprados.

En cuanto al tema del copago de las medicinas, me parece injusto, porque no se puede castigar a quien más ha cotizado en lugar de perseguir a los que con la tarjeta del abuelo sacan gratis las medicinas de los hijos y nietos. Un control de esta piratería estoy seguro de que daría mayor reducción del cargo que pretenden. También he oído que hay quien tiene medicinas gratis sin haber cotizado nunca por la situación especial que atraviesan o porque son jóvenes o por razones humanitarias que en un mundo solidario debemos aceptar, pero un control más fino del que se hace dejaría fuera a muchos sinvergüenzas y, en consecuencia, la factura de farmacia volvería a tener otra rebaja.