EXISTEN diferentes referencias por las cuales Álava y Vitoria son conocidas lejos de nuestras fronteras. Del ámbito empresarial al cultural, del impacto de Mercedes y sus modelos Vito y Viano al Abierto por obras de la Catedral Santa María o al Azkena Rock Festival, esta tierra está aprendiendo a exportar sus raíces para abrir una ventana al mundo, un umbral que ya hace años atravesó un equipo de baloncesto que no deja de crecer. El Baskonia -ayer TAU y hoy Caja Laboral- es la mejor marca de la provincia y la ciudad para darse a conocer, un equipo que se ha labrado con tesón su prestigio en Europa y que acaba de conseguir la gesta de alzar su tercer trofeo de campeón de la ACB, la mejor Liga del continente. Y lo ha logrado no sólo gracias a la calidad de su plantilla, sino también al incondicional apoyo de una afición de bandera. Lo decía con claridad Tiago Splitter al final del partido: "Quiero muchísimo a la gente de Vitoria, son ellos los que se merecen este título". Así ha sido desde hace muchas temporadas y así se vivirá esta tarde en la plaza de la Virgen Blanca, cuando los aficionados baskonistas, y toda la ciudad de Gasteiz, rindan homenaje a los héroes de la final, jugadores que quizás la temporada que viene militen en otros equipos o en otras ligas, pero que cuando han defendido los colores del Baskonia, esta tierra los ha hecho suyos. Este éxito deportivo es, además, la recompensa a un largo trabajo que comenzó cuando la directiva comandada por Josean Querejeta inició la enésima recomposición del equipo, con Dusko Ivanovic al frente de la nave. Muchos pensaron entonces que llegaba el año de transición, de la misma manera que muchos pensarán lo mismo cuando el Caja Laboral empiece a configurar la plantilla de la próxima temporada, en la que -es un secreto a voces- faltará Splitter, el heredero del carisma de Luis Scola. La experiencia de los últimos años, sin embargo, dicta que por mucho que este equipo cambie de piezas, siempre acaba por ofrecer la calidad, y sobre todo el carácter, que sus aficionados esperan. Por tanto, cabe esperar que la próxima temporada, aun sin el pívot brasileño, el Baskonia continuará exportando el nombre de la ciudad que le acoge y del territorio que le abraza.