ETB empieza a pertenecer al género literario conocido como esperpento. Muchas de las noticias se parecen a la realidad por pura coincidencia. De Aspaldiko y señor Urrusolo hablaremos otro día.

El señor ministro del Interior del Gobierno de España, por vergüenza torera o, mejor dicho, por vergüenza deontológica, debería callar antes de acusar sin presentar pruebas y antes de dictarse una sentencia firme. Este señor tiene que callar con pruebas o sin ellas. ¿Verdad, señor Rubalcaba?

En eso que llaman España toda persona es inocente hasta que se demuestre que es vasco. Un aviso a mis amigos españoles. ¡Agarraos los machos! Empiezan con la presunción de inocencia, continúan con la cadena perpetua y acaban con una pena de muerte. El tiempo da y quita razones. Lo que tengo claro es que no deseo para otros lo que no deseo para mí.

Algo olía a podrido el 11-M en el Gobierno de esa España vuestra cuando intentó intoxicar a la opinión pública internacional, por la misma regla de tres algo huele a podrido en el TSJE de esa España vuestra cuando convoca a la prensa internacional, que yo sepa sin precedentes, para intentar explicar su versión sobre el caso Garzón.