Como alavesa y como paciente asisto escandalizada a la gestión que nuestros políticos están realizando con el tema de la cirugía cardíaca en Álava, y, en especial, del concierto de la cirugía cardíaca.
El 23 de diciembre de 2009 el Parlamento Vasco aprobó, mediante Ley, los Presupuestos Generales de la CAPV para el ejercicio 2010. Dentro de éstos y como consecuencia de una enmienda pactada entre el PSE y el PP, se destinaba una partida económica para la cirugía cardíaca en Álava, de forma que se evitasen los desplazamientos de enfermos cardiovasculares alaveses fuera de su provincia.
Para la Asociación para la Información y Prevención de la Enfermedad Cardiovascular - Bihotz Bizi - Corazón Vivo tal decisión del Parlamento suponía llegar al final del largo camino que inició muchos años antes para que se prestase a los alaveses con patologías cardíacas la debida asistencia sanitaria en Álava, pues, debido a las carencias de Osakidetza, debían ser desplazados a Vizcaya para ser operados.
Sin embargo, en los últimos días he leído distintas informaciones publicadas en la prensa en las que, desde el Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco, se están alegando variadas razones que, supuestamente, justifican la no creación de un servicio de cirugía cardíaca en Álava. Pero me pregunto: ¿y quién ha solicitado que se cree un nuevo servicio? Que Bihotz Bizi - Corazón Vivo conozca, la condición del PP para apoyar al PSE en la aprobación de los Presupuestos Generales no era la de crear una unidad de cirugía cardíaca en Álava sino concertar las operaciones cardíacas a los alaveses con el servicio que ya existe en el Hospital San José de Vitoria y que está homologado por el Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco desde el año 2003.
Además, para más inri, se ha publicado recientemente que el consejero de Sanidad pretende concentrar toda la cirugía cardíaca, a medio y largo plazo, en Vizcaya. Pero ¿cómo va a concentra todos los pacientes con dolencias cardíacas en Vizcaya si no está atendiendo ni tan siquiera a todos los pacientes vizcaínos?
Y para contrastar y rebatir la información dada voy a aportar algunos datos estadísticos objetivos: En Centroeuropa se operan del corazón de 75 a 85 personas por cada 100.000 habitantes. En España la media es de 55 personas por cada 100.000 habitantes. En el norte de España esta media nacional asciende a 72 y sólo baja en la CAPV hasta 42 operados de corazón. El Informe del 25 de enero de 2010 sobre cirugía cardíaca en el País Vasco del Departamento de Sanidad indica que en el año 2008 en Guipúzcoa (concertado) la media de operados por cada 100.000 habitantes era de 59, en Vizcaya de 35 y en Álava de 24. Conforme a estos datos, la media de cirugías en la CAPV es de 42 intervenciones por 100.000 habitantes, es decir, se encuentra por debajo de los 55 operados de media nacional y muy por debajo de los 72 de media del norte de España. Esto significa que se tendrían que operar en torno a 400 personas más de las que se operan en la CAPV y que, a juzgar por los datos facilitados por Osakidetza, son pacientes alaveses y vizcaínos que están sin diagnosticar o en lista de espera. Resulta, pues, difícil de creer que Osakidetza, como se pretende, pueda crecer y concentrar el servicio de cirugía cardíaca cuando no es capaz de atender la demanda real que existe.
Soy mayor, ya pensionista y, desde hace unos años, muy volcada en la causa de la cirugía cardíaca para Álava porque creo, sinceramente, que sería muy fácil favorecer la salud y calidad de vida de los pacientes alaveses con cardiopatías. Y me pregunto: en las actuales circunstancias de Osakidetza, sin resolver una buena atención cardiológico ni de cirugía par Vizcaya y Álava ¿se justifica que no se concierte con el actual servicio de cirugía cardíaca que ya opera en Álava, cuando es evidente que Vizcaya no puede resolver ni la patología potencial de su territorio?
Como alavesa, como paciente, siento vergüenza por la gestión que nuestros políticos, todos, están realizando con el tema de la cirugía cardíaca y, también, por la falta de responsabilidad social y política hacia los ciudadanos. Errar es humano, pero rectificar es de sabios. Así que no pierdo la esperanza de que en un futuro alguien ponga cordura en todo este tema.
María Pilar Lizarralde Salazar
Presidenta de Bihotz Bizi