SE llegó incluso a decir que teníamos un cuarto mundo, aquellos buenos tiempos en que los aviones y pateras venían abarrotados de personas de aquellos mundos... parece que fue ayer, ¿verdad? Hace pocos días, en los telediarios lo más importante era la Ley de Extranjería, las pateras, el terrorismo, el auge económico que vivíamos en Europa y dormíamos pensando qué hacer con el producto de estas buenas cosechas, sin pensar que éstas eran un efecto colateral del esfuerzo necesario de toda esta gente que entonces hacía falta para cubrir los muchos puestos de trabajo que quedaban libres o que la caritativa gente de Europa no quería cubrir. Hoy las preocupaciones son evidentes, hoy ya no es tan necesario tener una casa, hoy lo más prioritario es tener pa comer, como en el tercer mundo o el cuarto, como quieran. Y la lista de preocupaciones supera con creces el interés que tenemos por estos submundos en estos tiempos. De todas maneras estos terceros mundos sólo hace poco más de cinco siglos que fuimos conquistados por el Reino de España, entonces sí que había interés cuando cambiábamos espejos por vasijas de oro. Quiero decir que tenían que habernos enseñado a trabajar, no la viveza.
Era impensable que hoy estemos hablando que un país europeo esté en quiebra, que tal cantidad de gente esté en paro, que el trabajo que estaba adjudicado al inmigrante hoy se lo estén peleando muchos nativos, que ya no haga falta la gente de fuera para la producción, que las casas que están construidas no se vendan, construidas por inmigrantes, claro. Estamos viendo en los telediarios cómo los políticos se llevan el dinero paradójicamente como el tercer mundo, también vemos las estadísticas europeas y vemos que este país al frente de Europa sí que es el cuarto mundo. Estamos a la cola de Europa, vamos a salir los últimos, eso nos pasa por no estudiar cuando teníamos que hacerlo. (...)
Lo positivo es que tenemos la oportunidad de en estos tiempos poder apreciar lo que en otros habíamos despreciado, pero no caigamos en el error de despreciar ahora a los que antes apreciamos, tengamos paciencia, ya vendrán tiempos peores. Bienvenidos al tercer mundo. Piensen, como dice un cantautor, qué sería si ahora el norte fuera el sur; que ser moreno y chaparrito fuera el look más cotizado; que los españoles fueran en pateras a Marruecos; que Aminatou Haidar fuera nuestra doña Letizia; que el Ejército yanqui estuviera a las órdenes del Ché... Seríamos igual o peor, pero lo más importante es que aprovechemos y pensemos por qué se interviene tanta droga en Europa, que viene del tercer mundo, ya que en 1492 no enseñamos a los indios buenas costumbres. Hagámoslo ahora con nuestros hijos. No todo está perdido. No les dejemos la misma herencia, tenemos todos los medios, empecemos a hacer los deberes juntos. Bienvenidos al mundo. Bienvenidos a la condición humana.
Luis Mario Hidalgo
Inmigrante ecuatoriano