El Papa visitó el pasado mes de enero por vez primera la sinagoga de Roma. Han transcurrido 24 años desde que Juan Pablo II la visitó también, siendo aquella ocasión la primera en que un Papa visitaba una sinagoga. El pontífice señaló que ya es hora que sanen las llagas del antisemitismo cristiano. Claro, y ya es hora de que sanen también otras llagas y de que los diferentes credos se vayan acercando en busca de la verdad.

Cada día brillan con más fuerza aquellas palabras de Machado: ¿Tu verdad? no; la Verdad. Y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela. Y viendo cómo los patriarcas de las diferentes confesiones se enraizan en sus inamovibles principios sin dar opción al oponente, salvo concediendo esa sonrisa y abrazo, que no son fraternos al cien por cien, otras citas en la línea de la de Machado, parecen pedir paso.

Si las religiones no son consideradas por todos como caminos diferentes pero igualmente válidos para llegar a una meta y cada uno de los credos considera que su confesión es la verdadera, entonces aparecerá en el horizonte aquella otra cita tremenda que dice: Sólo si estás reñido con todas las religiones, estarás en paz con Dios.

Qué buen momento sería éste en que desgraciadamente el planeta agoniza, la crisis se prolonga, las tragedias se multiplican, las gentes se hacen preguntas trascendentales, muchos científicos parecen querer acercarse algo más a los místicos, etcétera, para dialogar pausadamente y darnos cuenta, como decía Gandhi, de que "no existe el enemigo, porque no hay nada separado de ti".