me resisto a quedarme indiferente ante la noticia de la tan esperada pirámide del fútbol alavés. Claro, que con tantos acontecimientos y problemas con nuestro primer equipo, bastante tenemos. Esa noticia tan deseada por el anterior presidente de la Federación Alavesa de Fútbol, el difunto Pedro Arrieta, que allá donde esté seguro que le habrá dado un alegrón por lo que tanto peleó. Pero lo que son las paradojas del fútbol, cuando menos condiciones se daban para llegar a un acuerdo, es cuando se ha producido.

Si ya de por sí es importante un acuerdo del Deportivo Alavés con los clubs más importantes de nuestra provincia, no menos es el momento en que se produce. Hay que valorar el mérito de estos clubes, que cuando menos recursos pueden obtener de un acuerdo, más se han implicado. Lo lógico y lo más fácil es estar de parte del poderoso, del que piensas que te va a ayudar, por aquello de a quién a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija. Pues no señor, es ahora cuando tienen mérito estos quince clubes, y hay que nombrarlos con mayúsculas para que quede clara su predisposición y su desinterés material, en pro del sentimental, hacia un Alavés en horas bajas. Es muy fácil ser alavesista en la final de Dortmund, pero no tanto hoy en Segunda B. Es un ejemplo de responsabilidad del Salvatierra, Alegría, San Ignacio, San Martín, Abetxuko, Lakua Arriaga, Aranbizkarra, Nanclares, Alipendi, Corazonistas, Lucerna, Racing, Abendaño, Ibailakua y Zabalganabide.

También habrá que recordar a los que faltan, que cuando las vacas sean gordas seguro que nos apuntamos todos, aunque hay algunos, como el Aurrera, que entre el interés del Athletic y lo que se le ha ninguneado, es lógica su postura; esperemos acoger un día al hijo pródigo, que será bien recibido.

En el mundo del fútbol, alavesistas de verdad son los que quieren al fútbol alavés, que ése sí que es nuestro, porque no habrá pitermanes que nos lo puedan quitar, ya que no se apoya en presupuestos ni en intereses económicos, sino en el potencial humano repartido por todos los clubes de la provincia, siendo la base donde surgirá y se apoyará la punta de la pirámide, nuestro querido Deportivo Alavés. Lo contrario sería empezar la casa por el tejado, y de eso ya sabemos bastante.

Hay que dar también el mérito que le corresponde al que ha conseguido rematar la idea de Pedro Arrieta, el responsable de fútbol base de Deportivo Alavés, Alberto Lasaga. Un hombre muy válido en estos quehaceres y a las pruebas me remito; muchos intentos se hicieron pero nadie lo había conseguido hasta llegar él.

También me resisto a callarme porque si ahora tiene mérito el acuerdo, también tuvo narices el desacuerdo en tiempos de gloria. Aquellos años felices del Alavés en Primera, que cuando más capacidad y fuerza social, económica y deportiva tuvo, es cuando menos se invirtió. En aquellos tiempos de opulencia, tener al fútbol alavés de parte del Deportivo Alavés suponía lo que la directiva se podía gastar en almuerzos. También me niego a obviar al ex presidente Gonzalo Antón, al que le preocupaba el fútbol alavés, la cantera y la inversión social lo que a Piterman el Celedón.

Si es difícil que haya una relación directa entre cantera y resultados deportivos, sí que lo hay entre el cuidado de la cantera, fútbol modesto y fútbol local con beneficios sociales. Todos esos jóvenes que practican el fútbol, miles, deben ver al Deportivo Alavés como el padre del fútbol alavés que cuida de sus hijos. Seguro que ese potencial humano, además de generar salud social, en cinco, diez o quince años serán futuros socios del Alavés. Sin embargo, lo que se ha generado en los últimos años es rechazo por el desprecio que ha mostrado el padre hacia sus hijos. Y lo que son las cosas, es ahora cuando los hijos tienen mérito, porque viendo al padre tan enfermo por su mala cabeza, se lo han perdonado todo.