DíA tras día escuchamos noticias y vemos en la televisión cómo el sistema de educación español es generoso y adelantado, desarrollando nuevas políticas educativas, ampliando el sistema de becas. Sin embargo, no se está dando cuenta de que está dejando desamparado el colectivo más necesitado y vulnerable: los jóvenes universitarios independientes.

En la actualidad, los jóvenes que cursan estudios universitarios tienen acceso al servicio de becas de carácter general y de movilidad siempre que no dispongan de recursos económicos suficientes y cumplan con una serie de requisitos académicos establecidos.

Sin embargo, este servicio de becas es discriminatorio para los jóvenes independientes, especialmente aquéllos que, cursando estudios que no se encuentran en su propia comunidad, necesitan recurrir a la movilidad territorial.

Veamos por qué: mientras que los solicitantes que acreditan vivir en su unidad familiar (los no independientes) no tienen ningún problema en recibir la beca general y de movilidad, es decir, van a ver sufragados los gastos de matrícula de los estudios universitarios, y en gran medida los gastos que suponen esta movilidad: alojamiento, manutención, etcétera, las personas que se declaran independientes van a sufrir una doble discriminación:

Por una parte, quedan excluidas de la beca de movilidad. El Gobierno considera que los jóvenes independientes, al no habitar en el domicilio de sus padres, no disponen de un hogar familiar propio, es decir, no tienen lugar de origen. En mi caso particular, no tendrían en cuenta que he recorrido 800 kilómetros y sufro diariamente la pena de vivir lejos de mi familia, porque a pesar de ser independiente, la tengo y la valoro, mis amigos, mi entorno, mi hogar.

En segundo lugar, porque te exigen todo tipo de credenciales, documentos, certificados para demostrar tal independencia, y al final no otorgarla. He presentado vidas laborales, declaraciones de renta, contratos de alquiler... Señores, ¿qué más tenemos que presentar? ¿Escrituras de una vivienda propia o de un contrato fijo? ¿Creen ustedes que si tuviéramos todas esas cosas necesitaríamos una beca de estudios? ¿Conocen ustedes acaso la grave situación de los jóvenes en la actualidad? ¿La situación del mercado laboral que únicamente nos ofrece contratos y becas precarias? ¿El mercado inmobiliario que nos impide acceder al alquiler de una vivienda completa, y mucho menos la compra de una?

Sinceramente, me duele que ni el Gobierno ni esta sociedad valoren y apoyen el esfuerzo de muchos jóvenes en independizarse, en crecer personal y profesionalmente. De esta manera, unos y otros estamos colaborando a crear una juventud parada, inactiva, inmovilizada.

Estamos contribuyendo a que sean los jóvenes de otros países los que mejor formados estén, los que se muestren más capacitados y preparados para acceder al mundo profesional competitivo, ya que otros países europeos, a diferencia de España, mucho más adelantados, se han dado cuenta de que la prosperidad de su país depende del capital humano, de la inversión en formación universitaria de sus jóvenes.

Esperemos, por tanto, que España reaccione a tiempo.

Patricia Ferraz