DEBO de ser de los pocos, que sin ser arqueólogo o historiador, aunque sí aficionado, se ha leído todos los informes de los expertos acerca del affair Veleia y he tratado de entenderlos. Me ha costado unos 4 meses y en mi obsesión he llegado al extremo de consultar con arqueólogos e historiadores acerca de múltiples cuestiones relacionadas. En esos informes hay gran cantidad de información, buena parte muy especializada. Pero hay partes que cualquiera puede entender y que muestran la realidad de este asunto.

La cantidad de grafitos encontrados supera en cientos de veces lo habitual en otros yacimientos. Por el número de grafitos da una cantidad de población alfabetizada increíble para la época. Increíble también que durante la campaña 1994-2004 apenas existan grafitos y de repente en 2005-2006 se da la explosión de hallazgos.

Hay incongruencia del uso de mayúsculas y minúsculas en los grafitos, ya que en la antigüedad no había diferenciación como hoy en día, que se pone al comienzo de la frase. Hay letras no existentes en el alfabeto latino como las semiconsonantes j ó w, creadas siglos después por el humanista Rammée, o el uso de la z, no existente en el alfabeto latino.

Hay asimismo palabras en euskera anacrónicas, como polit denotando bonito, derivada del gascón siglos después (poulit), los colores como arosa o berdea, de evidente origen romance-castellano. El uso de la secuencia de letras sh en una inédita traducción del arameo al euskera, usando esta grafía inglesa de fines de la edad media (1.000 años posterior). El uso de la k en un supuesto escrito latino de palabra en euskera como eskondu o, más zafio aún, palabras como esquero, con qu, cuyo uso y norma es implementada 1.500 después. Y, en general, docenas de otras excepcionales estructuras ortográficas y gramaticales, imposibles para el euskera del siglo III, según los expertos.

La representación de sirenas no aparece hasta la Edad Media y hay uso de perspectivas isométricas o caballeras en los dibujos ¡en el siglo III! Hay también supuestos grafitos egipcios, cuando estos estaban en casi desuso y sólo eran usados por un reducido de personas en el mundo, los sacerdotes de los templos de Egipto. Un egipcio que escribiese en esa época probablemente lo haría en el alfabeto copto y las transcripciones latinas de esos grafitos, que utilizan convenciones de los arqueólogos alemanes e ingleses del siglo XIX para traducir palabras como nefertiti, aunque ahora sabemos que no es así.

Hay inscripciones perfectamente ajustadas a las roturas de las piezas. Otras que parecen incompletas por roturas posteriores (normal en restos arqueológicos), pero que al encontrar los restos que faltaban no contienen el resto de la palabras o frase.

Encontramos, por otra parte, el uso de la cruz cientos de años antes de ser adoptada como símbolo cristiano, el uso del símbolo de flecha de dos puntas para denotar equivalencia (creado por la matemática-lógica de comienzos del siglo XX) y el uso de signos de puntuación o comillas, que no se usaban en latín antiguo.

Y esto es solo una mínima fracción de los anacronismos, errores imposibles, excepciones y demás. En los informes que avalan las tesis de Eliseo Gil predomina la idea del todo es posible y no me convencen, porque una excepción pase, pero mil, no. De los informes que apoyan a Gil sólo el informe de Héctor Iglesias es en mi opinión el único serio (aunque no dice que los grafitos sean verdaderos) y se mete mucho con el informe del filólogo vasco Joseba Lakarra, creo que porque tienen discrepancias anteriores.

Otros temas a mi entender muy graves son el informe de Wolfgang Wilhelm sobre los espectros contenidos en las páginas 62 a 67 del informe de Rubén Cerdán, en el que afirma que los datos del espectro que aporta este último no son reales, sino copia de un archivo publicitario del software de su compañía GANAAS o, por otra parte, la información de tres ex arqueólogos contratados por la empresa que dirigía Eliseo Gil en la excavación del yacimiento que denunciaron "anomalías e irregularidades graves" en el método empleado y negaron haber visto ningún grafito excepcional en el momento de su extracción de los miles que hay ahora.

Mi opinión es que estamos ante un fiasco inmenso. Creo que la plataforma SOS-Veleia debería renombrarse SOS, porque son los que van a tener que explicar el tema para no hacer más daño a la arquelogía alavesa. Veleia, a pesar de este vergonzoso asunto, sigue siendo un importante yacimiento arquelógico y no necesita que nadie lo salve. Y menos inventándose la historia.