aunque el escándalo haya sido estos días asunto destacado en las páginas deportivas, la detención de 15 personas por estar presuntamente involucradas en el amaño de unos 160 partidos de fútbol ha destapado que el fraude está instalado en algunas manifestaciones deportivas y tiene detrás a redes mafiosas bien organizadas. El objeto de esta manipulación son las apuestas, una práctica cada día más generalizada en todas las categorías del balompié, sobre todo a través de numerosas casas que operan en Internet. Según los datos facilitados por la fiscalía de Bochum (Alemania), entre los resultados alterados hay partidos de las ligas de Alemania, Hungría, Turquía y Austria, entre otros, y de la Liga de Campeones, la principal competición continental por clubes. Lógicamente, además de las cabezas pensantes del engaño, están involucrados directivos, entrenadores, jugadores y árbitros. Es el escándalo "más grande" que ha afectado al fútbol europeo, en palabras de un destacado dirigente de la Unión Europea de Asociaciones de Fútbol (UEFA). El arreglo de resultados deportivos es tan viejo como el propio deporte; sin embargo, en la mayoría de las ocasiones las insinuaciones no alcanzan el grado de denuncias formales. Con todo, ha habido casos sonados, como los sobornos en Francia del Olympique de Marsella a jugadores rivales en 1993, y más recientemente el caso de amaño de encuentros en la Liga italiana y que supuso el descenso de categoría para un club histórico como el Juventus, y severos castigos para Milan, Fiorentina y Lazio. Aquí lo que se ventilaban eran puntos y títulos, lo que no deja tampoco de ser grave; pero en este reciente caso de corrupción lo que se persigue es un beneficio económico alterando el sistema de apuestas en ligas de segunda fila y que pueden escapar al control de organismos deportivos y medios de comunicación. No asistimos a un hecho aislado y no es arriesgado sospechar que la extensión del fraude puede ser mayor y salpicar a otros países. En España, el Consejo de Ministros aprobó recientemente un proyecto de Ley Orgánica que modifica el Código Penal y que tipifica como delito, por primera vez y de manera específica, las conductas más graves de corrupción y fraude en el ámbito deportivo. Un aviso para navegantes.
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